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El estrés en las plantas de marihuana es causado por múltiples factores o desequilibrios. La mayoría de estrés en el cannabis interrumpe las reacciones químicas que ocurren dentro de la planta, esto provoca que el etileno, la hormona del envejecimiento, comience a desarrollarse en las células vegetales.

A ningún tipo de planta le agrada un cambio repentino en el cuidado o un problema al que no se pone solución. Cualquier evento inusual en el ciclo de vida de la marihuana alterará drásticamente su química interna y provocará problemas continuos.

¿Qué le pasa al cannabis por el estrés?

El estrés en la marihuana es un grave problema que retrasa o incluso paraliza el crecimiento o la floración. Si el cultivador no encuentra el factor y lo arregla, las plantas se mantendrán pequeñas, con cogollos diminutos, sin potencia y mal formados.  Las causas más comunes de estrés en las plantas de marihuana y sus soluciones son las siguientes:

Estrés por nutrientes, sobre-fertilización o carencias:

El estrés nutricional en la marihuana, se debe a una cantidad excesiva, insuficiente o un desequilibrio de los fertilizantes usados. La sobre fertilización de nutrientes o la carencia de los mismos provocará plantas de marihuana débiles que tendrán todas las papeletas para atraer enfermedades o ciertas plagas. Cuando se produce un desequilibrio mineral en los tejidos vegetales de la marihuana, el crecimiento se ralentice drásticamente o incluso se detiene.

Solución:

El estrés mineral es complicado de solucionar en poco tiempo ya que cuando los resultados son visibles, el problema ya se encuentra en etapas avanzadas. El cultivador, primero de todo, deberá identificar cuál es el micronutriente o macronutriente que está causando el problema. En caso de carencia, deberá buscar un producto rico en ese elemento y aplicarlo lo antes posible. Si el problema es el exceso, se deberá realizar un lavado de raíces y eliminar o reducir la aplicación del nutriente que lo esté causando. Por lo general, el cannabis típico tarda aproximadamente una semana en recuperarse del estrés provocado por el exceso o ausencia de fertilizantes.

Estrés lumínico o por luz

Los ciclos de luz irregulares cambiarán el equilibrio hormonal en las plantas de marihuana que dependen de la duración de la luz y oscuridad para determinar cuándo florecer. Un ciclo con una duración en horas incorrecta puede destruir el cultivo completo. También un orificio donde entre luz en horas de oscuridad podrían detener el crecimiento. Y también la falta de luz directa causará problemas de crecimiento y estancamiento.

Solución:

Lo primero será comprobar que el cultivo recibe las horas de luz correctas. El temporizador y kit de iluminación deberá funcionar a la perfección el 100% del tiempo. El cultivador deberá asegurar una oscuridad completa, sin luces externas como farolas que rompan la noche u orificios en el armario que dejen entrar luz en periodo de oscuridad.

Estrés hídrico o por agua

El estrés hídrico se produce cuando la planta sufre falta de agua de riego o hay demasiada agua para que la planta la absorba. La escasez puede hacer resecar hojas y partes de la planta que morirán completamente. Por otro lado, el exceso de riego, ahogará las raíces impidiendo la alimentación. El estrés hídrico en la marihuana hace que el ácido abscísico se acumule y cierre los estomas de la planta que utilizan para respirar.

Solución:

El cultivador deberá tener claro las condiciones del sustrato o suelo y ajustar la cantidad de riego a su capacidad de absorción. Nunca se deberá regar sustratos que ya estén mojados o muy húmedos. Lo ideal es esperar a que el sustrato, no la planta, esté completamente seco y volverlo a regar. Si los riegos se secan muy rápido podremos añadir coco a la tierra para desacelerar la evaporación. Por otra parte, si el sustrato nunca se seca, se deberá añadir perlita u otro producto que reduzca la absorción. Importante también tener un buen drenaje en las macetas de cultivo de marihuana para evitar inundaciones.

Estrés por pH o acidez

El pH de la solución nutritiva es fundamental de controlar y regular según las necesidades de la planta. Un pH excesivamente ácido o alcalino impide la entrada de cierto minerales de los nutrientes en la planta lo que producirá carencias de nutrientes. Cultivos atascados que no crecen ni florecen con fuerza y que sufren debilidad frente a las plagas y enfermedades.

Solución:

La respuesta ante el estrés producido por un pH desajustado es bastante sencilla. Recomendamos adquirir un medidor de pH y líquidos reguladores para poder medir y cambiar los niveles de acidez de la solución nutritiva usada en la alimentación. Recuerda que los fertilizantes para marihuana cambian el pH y la regulación del mismo se deberá hacer con toda la mezcla preparada.

Estrés por calor:

El estrés por calor en la marihuana ocurre principalmente en cultivos interiores realizados en regiones calurosas. Este estrés se parece mucho a la sobre fertilización de nutrientes, excepto que ocurre en la parte superior de las plantas más cercanas a las focos de iluminación.

Solución:

Solo hay una cura para esto; alejar el calor de las plantas lo antes posible, ya sea moviendo las lámparas o moviendo las plantas. El uso de poleas regulables pueden ser la mejor respuesta para que este tipo de estrés en la marihuana nunca se desarrolle.

Estrés por heridas o daño

Cualquier daño o herida en la planta hace que esta cambie su química para priorizar la reparación de los tejidos dañados. Esta energía es malgastada ya que no se usará en formar y engordar los cogollos o flores. Un trasplante, una poda, técnicas agresivas de cultivo, cortes en los troncos o en las hojas, cualquier daño que sufra la planta se verá de forma inmediata en la velocidad y voracidad de crecimiento.

El daño a la raíz, ya sea físico o químico, hace que la planta desvíe su química para crear nuevos pelos radiculares. Las raíces no pueden reconstruirse; simplemente sellan la sección dañada y se mueven alrededor de ella.

Solución:

Se deberá intentar aplicar el menor daño físico a las plantas durante todo el proceso. En caso de aplicar técnicas agresivas como el cropping recomendamos curar las heridas producidas con pasta cicatrizante. Asegurar una alimentación óptima de nutrientes para evitar una quema de las raíces por parte de los fertilizantes concentrados es fundamental para evitar el estrés radicular. Los trasplantes también causan estrés físico que deberá ser reducido con un riego rico en hormonas enraizantes, microorganismos y fósforo.

Estrés por enfermedad o plaga

Cuando una planta es atacada por plagas de insectos, hongos o enfermedades, su salud se verá resentida. El ataque producirá heridas, faltas de nutrientes y una merma en el sistema defensivo de la planta. El cannabis infestado destinará sus energías en recuperarse y luchar con la plaga, no tanto en crecer y florecer. Si no actuamos a tiempo la cosecha final será escasa y de baja calidad.

Solución:

El cultivador debe revisar las plantas con frecuencia y de forma concienzuda. Ante el menor síntoma de insecto u hongo se deberá identificar el tipo de plaga y aplicar lo antes posible el insecticida correspondiente. En regiones donde las plagas estén a la orden del día se recomienda el uso de preventivos y productos repelentes desde el primer día.

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