No todos los cultivadores tienen la suerte de tener un espacio privado y propio para el autocultivo que esté alejado de la población y sea prácticamente indetectable. Una solución de cultivar de forma discreta y muy económica es el conocido método de guerrilla. El cultivo de marihuana con la técnica de guerrilla básicamente trata de sembrar, cuidar y cosechar la planta del cannabis en algún lugar público escondido que se encuentre al aire libre sin ser descubierto en ninguna parte del proceso.
En España, cultivar marihuana en un lugar público es completamente ilegal. Recomendamos a nuestros lectores españoles no realizar plantaciones de guerrilla para no tener problemas con la justicia. Si resides en otro país en el que es legal, el cultivo de guerrilla puede ser una opción óptima para rellenar el bote o la caja de conserva para curar con cogollos propios.
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Elegir el lugar perfecto
Todo el éxito del cultivo depende del lugar de plantación elegido. Si elige un sitio desfavorable, la planta puede morir incluso antes de la formación de cogollos o no germinar en absoluto. El bosque es uno de los mejores y más seguros lugares para cultivar cannabis al aire libre. Densos matorrales, pantanos impenetrables y escombros enmascaran perfectamente los arbustos de marihuana de los ojos de cualquier ciudadano no deseado.
Deberemos buscar una zona que retenga bien la humedad, tenga suelo fértil y otra vegetación que esconda perfectamente nuestras plantas. Cuanta más alta sea la vegetación que nos rodea mayor margen tendremos para permitir que, incluso las variedades de marihuana más altas como las cepas de predominancia Sativa, alcancen su máximo potencial de crecimiento y rendimiento.
Otro lugar muy común para los cultivos escondidos de marihuana son los campos de agricultores en todo el país. Suelen ser sitios apartados de tráfico intenso, las propias plantas de los huertos pueden esconder el cannabis y tienen acceso fácil a agua y mucho sol. Los lugares donde crecen las fresas u ortigas de forma salvaje son perfectos ya que sirven como un indicador natural de suelo fértil.
Encontrar suelo fértil y buenas propiedades
Normalmente, el suelo forestal tiene un pH ligeramente más bajo. Antes de escoger el lugar definitivo estaría bien realizar mediciones de EC y de pH o acidez en el suelo para saber si esa tierra puede dar lo máximo de nuestra marihuana de guerrilla. Otro punto importante a la hora de escoger un suelo para hacer un cultivo de guerrilla es la capacidad de drenaje. El lugar nunca debe ser un punto de recogida de agua en donde cualquier lluvia genere charcos y anegaciones. De lo contrario, el cultivador enfrentará la muerte de la planta por exceso de humedad y agua, bien por ahogo o bien por la aparición de hongos y podredumbres. Aconsejamos elegir lugares en colinas, colinas o pendientes que nos aseguren que la lluvia no estropeará la cosecha. Además del drenaje hay que tener otros puntos en cuenta, como la aireación interna y la fertilidad.
Zonas con mucho Sol, horas e intensidad
La planta de marihuana necesita recibir al menos 8 horas de luz de buena calidad al día para satisfacer plenamente sus necesidades y generar la suficiente energía para crecer y/o florecer. Las hojas recogen los rayos y realizan la conocida fotosíntesis para generar alimento. Aunque la recomendación inicial es de plantar cerca de arbustos altos para que no se vea el cultivo de guerrilla, deberemos evitar las sombras que estos árboles puedan causar para que la luz llegue directamente a las hojas y cogollos. Cuantas menos horas de luz reciba la planta, menos crecerá en tamaño y rapidez.
Seguridad y ocultación a terceros
Este requisito puede considerarse uno de los más importantes, de lo contrario el cultivo de guerrilla puede acabar de manera brusca y peligrosa. El sitio de siembra de marihuana para realizar guerrilla debe estar ubicado lejos de carreteras, caminos y lugares concurridos. La probabilidad de que un transeúnte al azar deambule por allí debe ser mínima, pues solo basta de una persona para echar todo el trabajo al traste. Debe siempre esconder el cultivo de guerrilla entre plantas y zonas de difícil acceso, siempre teniendo en cuenta la fertilidad de la tierra y la cantidad de luz que recibe ese lugar.
Una excelente forma de comprobar si alguien se encuentra en el territorio seleccionado es dejar dinero u otros objetos de valor en un lugar visible. Si después de un par de semanas permanecen en sus lugares, entonces podemos estar casi seguros de que el lugar está bastante desierto y es seguro para plantar marihuana a escondidas.
Protección contra plagas y enfermedades.
El moho, los hongos y los insectos son verdaderos problemas al cultivar cannabis de guerrilla. Al estar rodeado de biodiversidad, las posibilidades de que la planta sea invadida por plagas es bastante alta.
Inspección regular y actuar temprano
El cultivador debe inspeccionar periódicamente para detectar el problema a tiempo. Si se encuentra un foco de infección, se deben tomar medidas inmediatas para que no tenga tiempo de extenderse a todo jardín oculto. La idea del cultivo en guerrilla u oculto es que el cultivador se deje ver lo menos posible por la zona para no despertar ninguna sospecha. Pero siempre que pases cerca recuerda mirar de cerca las hojas y cogollos para detectar lo antes posible cualquier tipo de rastro que indique la presencia de insectos u hongos. Un consejo que os damos es el de dar una vuelta por los alrededores del cultivo antes de penetrar en las inmediaciones por si acaso hay alguien esperándote para saber quién es el dueño de la plantación.
Utilizar preventivos naturales
Para combatir plagas y enfermedades, se recomienda abandonar los productos sintéticos o químicos. Tienen un efecto negativo en la calidad del cultivo y también pueden dañar la salud del cultivador en la etapa de uso del producto terminado. El uso de pesticidas químicos también estropea la naturaleza que nos rodea y provocaremos daños duraderos en el ecosistema. La mejor forma de evitar cualquier problema es la prevención con productos ecológicos. Los anti plagas naturales puede que sean menos potentes, pero si se usan justo en el comienzo de la plaga es muy sencillo que acabemos con ella sin contaminar las plantas o el suelo de la zona. Una opción muy práctica y barata es el uso de pesticidas caseros como el ajo.
Comprar genéticas de variedades resistentes
Todo cultivador siempre empieza por elegir la variedad de marihuana que quiere cultivar en guerrilla. Es aconsejable encontrar una variedad sin pretensiones y resistente al estrés, necesitamos que no muera en ausencia de una atención constante. Se recomienda elegir semillas estrictamente feminizadas. Si aparecen arbustos machos en la plantación, serán más difíciles de detectar a tiempo, polinizarán a las hembras, y detendrán la producción de resinas y THC. En este caso, puede olvidarse de una cosecha eficiente y de alta calidad. La elección de genéticas autoflorecientes y rápidas en florecer puede ser la clave en regiones con climas adversos o donde el verano no dura casi tiempo.
Tutorial paso a paso del proceso
El proceso de plantar marihuana en guerrilla no es muy diferente al de interior o exterior controlado. En nuestro armario o jardín privado es sencillo controlar los factores externos para que no afecten tanto a la calidad y producción final. Sin embargo, en cultivos cuya presencia física será mínima tendremos que andar con más cuidado y prevenir los posibles problemas que puedan surgir durante todo el ciclo de crecimiento y floración. La prevención de plagas, el mantener la salud de la planta con una buena alimentación y minimizar los problemas que puedan causar las condiciones climáticas extremas será fundamental para terminar con éxito la plantación y recoger una buena cosecha:
Preparar el terreno escogido
Aconsejamos cavar un agujero de aproximadamente 1 metro de profundidad, 50 centímetros como mínimo, y arrojar en él cualquier fertilizante de absorción lenta como el humus de lombriz, el guano o los extractos de pescado. Con el tiempo se irán descomponiendo, liberando nutrientes y saturando el suelo con nitrógeno, fósforo y potasio, los 3 elementos principales que necesita el Cannabis (NPK).
Toda la tierra recolectada del agujero debe mezclarse con fertilizantes orgánicos naturales y con enimendas que mejoren las propiedades como arcilla, coco o perlita. Luego, la tierra se vuelve a verter en su lugar y realizaremos un primer riego contundente para que todos los microorganismos comiencen su activación y los nutrientes sean liberados poco a poco.
Plantar las semillas o esquejes
Dependiendo de las condiciones climáticas de la zona donde se cultiva el cannabis, los cultivadores plantan semillas germinadas, plántulas o una planta ya madura que se encuentra en época de crecimiento. Puede plantar desde semillas cuando la temperatura nocturna deje de caer por debajo de los 10 grados. Esta temperatura es la límite para una germinación correcta, a temperaturas más bajas el índice de brotar bajará bastante y perderemos muchas unidades.
En regiones donde la estación cálida llega tarde, o si el productor quiere que la planta permanezca en la temporada de crecimiento el mayor tiempo posible, las semillas se pre-germinan y se plantan en interiores para luego pasar al exterior y comenzar la guerrilla. Otra técnica es la de germinar semillas o enraizar esquejes en macetas pequeñas o cubos de lana de roca para que las plántulas cojan fuerza y no sean devoradas las semillas el primer día de la siembra por pájaros, animales e insectos.
El riego en cultivos de guerrilla
Después de plantar, se recomienda formar la capa superior del suelo con mantillo de grava o arcilla. Evitará la rápida evaporación de la humedad del suelo y también calentará las raíces que aún no están acostumbradas al suelo del bosque. La parte de irrigación agrícola es probablemente el paso más sencillo, ya que la propia naturaleza se encargará de regar la marihuana oculta de guerrilla. Incluso en regiones que sufran de ausencia regular de lluvias, ya que el suelo del bosque puede retener una cantidad suficiente de humedad durante mucho tiempo. Si la escasez de agua es permanente y el paraje es casi un desierto, el cultivador deberá acudir al rescate de su jardín con alguna garrafa con agua y nutrientes.
El riego de cannabis al aire libre será necesario cuando el suelo está completamente seco. Dependiendo del tamaño, entre 5-15 litros de agua serán necesarios para cada planta. En lugares con vientos constantes y sol intenso, la humedad del suelo y las plantas se van más rápido y, por lo tanto, el riego deberá realizarse con más frecuencia o deberemos añadir algún agente absorbente como la fibra de coco.
Fertilización y nutrición adecuada
Sin suficientes nutrientes en el suelo, la marihuana no podrá desarrollarse como debe y la producción se verá reducida en peso y potencia. Si el jardinero no ha preparado el suelo con anticipación, es aconsejable usar fertilizantes específicos para la marihuana a partir de la segunda semana de cultivo o después de trasplantar las plántulas. En el caso de suelo preparado y fértil, es aconsejable introducir únicamente abonos para potenciar la floración como aquellos ricos en PK. Muchos productores prefieren utilizar fertilizantes orgánicos, no dañan el suelo y tienen un efecto positivo en el sabor y aroma de los cogollos. Promover la actividad vital de los microorganismos beneficiosos en el suelo será necesario para mejorar la inmunidad natural y su defensa ante las plagas y otras enfermedades.