Con el final de la primavera y la llegada del pleno verano las plantas de marihuana comienzan a crecer de forma bestial. Llegan los meses de mayor índice de insolación y si a ello le unimos el trato mimado que le hemos dispensado a nuestro vergel en cuanto a necesidades nutritivas e hídricas, nos encontramos con un crecimiento desmesurado, sobre todo en cultivos en suelo directo.
Con el crecimiento en su punto álgido, las plantas ganan en tamaño día a día. Debemos ir mejorando la estructura de las plantas para que las duras condiciones climáticas y el peso de las frutas y cogollos no rompan la planta y perdamos producción. Los troncos y las ramas deben ir soportando un mayor peso que aumenta día a día y tendremos que buscar una solución.
¿Por qué debemos poner tutores?
Este aumento de volumen y peso puede suponer un serio problema cuando se presentan días de fuerte viento y de lluvia. Y si se juntan los dos, el desastre está casi asegurado a menos. Para evitarlo deberemos tomar a tiempo las medidas oportunas que eviten este desaguisado.
Hay que tomar medidas sobre todo en los meses de calor cuando sopla el aire desde el interior y no del mar. Este efecto aumenta de forma considerable la sensación térmica, al tiempo de deshidratar a las plantas. Esto provoca troncos y ramas flácidas y sin consistencia en su estructura. Se debe prestar especial atención a los riegos para evitar que la planta quede a merced del fuerte viento y la pueda tronchar del todo.
También hay que tener en cuenta que durante los meses de Agosto, Septiembre y Octubre en algunas zonas del país hay altas probabilidades de padecer fenómenos atmosféricos adversos como por ejemplo una gota fría, que también va acompañada de fuertes vientos. Todo esto aumentará el peso por el agua caída, las ramas parten con suma facilidad, y máxime si ya han comenzado la fase de floración.
¿Cómo anclar y proteger el cultivo?
Los diversos tipos de medidas que debemos tomar, evidentemente, van a ir encaminadas en reforzar la estructura de nuestra planta. El objetivo es darle una mayor sujeción y estabilidad, para evitar rotura de ramas y del tronco principal.
El entutorado es la primera medida que se debe tomar, hay que colocar una vara, palo, caña, … Este soporte nos hace de tutor del tallo principal al que ataremos para darle estabilidad vertical. El tallo lo debemos amarrar al tutor a diferentes alturas. A medida que vaya creciendo la planta le iremos aplicando más amarres para que quede todo el tallo bien sujeto.
Cuando los tutores no son suficiente…
Pero si el peso de la planta es considerable, el mero entutorado puede resultar insuficiente. Algunos cannabicultores anclan el tutor a cuatro vientos. Sople el viento en la dirección que sople evitamos que la planta se tumbe por su propio peso. Aún fijando el tutor, el entutorado nos fija el tallo principal pero no las ramas laterales. Esto es un problema, en algunos ejemplares de marihuana llegan a ser prácticamente tan voluminosas como el propio tallo.
Anclamos el tutor al que amarramos el tallo, y aun así se siguen rompiendo ramas. Ante este problema son muchos los cannabicultores que cometen el error de amarrar las ramas por un solo punto y ya está. En este caso el riesgo de rotura aún es mayor, ya que la rama queda fijada pero si péndula por el viento la cuerda le hará tope, como un efecto de soga, y puede hacer de cortante y segar la rama que se pretende sujetar.
Para ello podemos colocar otras cañas en forma de cabaña india con el tutor del tallo al centro. Luego simplemente queda que ir rodeando las ramas con una única cuerda que iremos colocando en forma de espiral por toda la estructura de tal forma que contenga las ramas hacia el interior del tallo, como si la plegáramos para adentro. Las ramas nunca estarán a merced del viento y por tanto no romperán, a menos que sea un tornado F5, claro está.
Curando ramas rotas y heridas
Si se nos ha roto una rama parcialmente podemos aplicar un vendaje con precinto, que sujete y selle la rotura. Si la rotura es a mitad de rama podemos practicarle un entablillado y precintarlo todo. El inconveniente del entablillado viene cuando la rotura es en el tallo principal, en este caso hay que ir renovando el entablillado por uno más grande a medida que la planta va creciendo.
Las masillas para injertos y podas no es conveniente utilizarla, ya que si se queda una película del producto, por muy fina que sea, estancará la herida y la sellará por el punto de rotura y no permitirá el paso de fluidos a través de la rama rota, con lo que acabará necrosándose.