“La vida animada nos pide que descubramos los planetas en su comportamiento vivo, en sus movimientos, sus gestos, sus relaciones entre sí, el sentido profundo que quizá revelan”. Xavier Florín.
A lo largo de la historia, el ser humano le ha atribuido una gran importancia a la influencia de los aspectos cósmicos en el desarrollo de la vida terrenal. Por todos es conocida la influencia de las lunas en las mareas, así como las diferentes posiciones que ocupa la tierra en su órbita alrededor del sol en relación con las estaciones climáticas, no obstante, durante la evolución materialista se dejaron de tener en cuenta muchos aspectos tan ligados a la vida, por ser considerados como obsoletos y carentes de fundamento.
La recuperación del conocimiento sobre los aspectos planetarios en relación con los cultivos agrícolas surge dentro del movimiento de Agricultura Biológico-Dinámica o Biodinámica. Basándose en la investigación de viejos refranes relacionados con el campo y la vida, del legado histórico de textos griegos, romanos e incluso de la propia Biblia.
Maria Thun, agricultora biodinámica, siguiendo los pasos marcados en el “Curso Sobre Agricultura Biológico-Dinámica” que impartió Rudolf Steiner en Koberwitz en el 1.924, desarrolló un calendario lunar en el que se recogen la experiencia de los diferentes ensayos de cultivos realizados en relación con la luna, las constelaciones y otros aspectos cósmicos.
Durante el desarrollo de sus ensayos comprobó como determinadas situaciones planetarias influyen en el desarrollo de partes concretas de las plantas. Dado que el tema es bastante complejo voy a intentar citar los datos más significativos.
Algunos aspectos para el cannabicultor
Cada uno de los cuatro elementos: tierra, agua, fuego y aire, está relacionado con una parte cultivada de las plantas. Estas son: raíz el elemento tierra, hojas y tallos el elemento agua, fruto el fuego y las flores el aire.
A su vez, cada elemento viene dado por alineación de la luna con una constelación zodiacal, correspondiendo tres constelaciones por cada elemento, lo que hace un total de 12 constelaciones, y estas son: tierra las constelaciones de Tauro, Virgo y Capricornio, que influyen sobre las plantas cultivadas por sus raíces, como rabanitos, remolachas, patatas,..; elemento agua las constelaciones de Piscis, Cáncer y Escorpio, para lechugas, espárragos, escarolas,.., o sea plantas cultivas por sus tallos u hojas; elemento fuego las constelaciones de Aries, Leo y Sagitario, para frutos como las aceitunas, manzanas, fresas,…; y el elemento aire las constelaciones de Géminis, Acuario y Libra, las plantas cultivas por sus flores, como las rosas, claveles o la MARIHUANA psicoactiva.
Dado que el cannabis se puede cultivar para diversos fines, según el producto que deseamos obtener tendremos que trabajar en días de fruto, hoja o raíz, para estimular la parte de la planta que se utiliza como materia prima. Es decir, si nuestro cultivo fuese realizado para producir papel o cualquier otro tipo de fibra, debemos de trabajar en días de hojas. Si cultivamos para mejorar el suelo, podemos hacerlos en días de hoja para obtener mayor biomasa si la intención es realizar un abonado en verde, y si queremos mejorar la estructura del suelo porque es muy compacto, entonces debemos trabajar en días de raíz refortaleciendo su potente raíz pivotante para abrir mejor el suelo. Si lo que deseamos es producir semillas para uso alimentario, tanto de aves como de personas, se debe trabajar las plantas en días de fruto. Y si lo que queremos obtener es marihuana, como ya he dicho, se trabaja en días de flor.
La luna, durante el mes lunar (27 días), pasa ante todas y cada una de las doce regiones zodiacales, transmitiendo el impulso a la Tierra de los elementos que representan. Por ello la marihuana psicoactiva se ha de sembrar, trasplantar, trabajar y cosechar en esos días en los que la luna pasa ante alguna de las constelaciones de aire, es decir, Géminis, Acuario o Libra.
La luna realiza dos movimientos distintos, conocidos como ritmo sinódico o revolución lunar sinódica, y ritmo sidéreo o revolución lunar periódica, hoy bastante confundidos entre sí. Conocer estos ritmos es importantes a la hora de tener en cuenta el trabajo a realizar en nuestro vergel.
El ritmo sinódico, que es el que todos conocemos, es la vuelta que hace la luna alrededor a la tierra en relación con el sol, es decir el tiempo que la luna tarda en encontrarse con el sol que es de 29 días, 12 horas y 4 minutos. Durante este ritmo sinódico es cuando vemos a la luna llena, menguante, nueva o creciente, dependiendo de la posición que ocupe la luna en relación con el sol, como ya he dicho. La luna la vemos llena cuando se halla opuesta al Sol respecto de la Tierra, y es nueva cuando se halla alineada entre el Sol y la Tierra. Cuando la luna pasa de llena a nueva se dice que es Menguante, y cuando pasa de nueva a llena es Creciente.
Por el contrario, el ritmo sidéreo tiene que ver con la órbita elíptica que forma la luna al girar alrededor de la tierra, ya que esta no se sitúa en el centro de la elipse, sino a un lado. Cuando la luna pasa por el polo más distante de la tierra se dice que está en Apogeo, cuando pasa por el polo más cercano que está en Perigeo, si la luna está en el trayecto hacia el perigeo se la llama Luna Descendente y cuando va hacia el apogeo se la llama Luna Ascendente.
Tanto la Luna Creciente como la Ascendente influyen en la concentración de la actividad de la planta en su parte superior, hay por tanto una ascensión de las energías hacia las partes aéreas; mientras que para las lunas Menguante y Descendiente la actividad se centra en la parte inferior, es decir, debajo de la tierra.
Debemos sembrar en luna ascendente y creciente, pero tanto el trasplante como los abonados al suelo con producto sólido los debemos de hacer en luna descendente, si se abona con purines o extractos líquidos se han de aplicar en luna ascendente.
La cosecha durante la luna menguante da lugar a plantas con menos vitalidad, pero están más remarcados sus colores, aromas y sabores así como sus propiedades medicinales. Si lo que queremos es que seque rápido además lo haremos en luna descendente.
Aun así, como la cosecha de marihuana depende de que los cogollos estén en su punto, es difícil que confluyan varios factores positivos, por lo que únicamente tendremos en cuenta que sea día de flor (a lo sumo de fruto), evitando los días de hoja y raíz, pues hay cierta tendencia a la putrefacción. Sin embargo los esquejes se han de cortar en luna ascendente y mantenerlos en agua hasta la luna descendente, momento en el que los pondremos en un substrato a enraizar.
Recordad que siempre trabajaremos en días de flor. Los cogollos de las plantas de marihuana que han sido cultivas y cosechadas en días de flor, presentan una mayor intensidad en su aroma y su sabor.
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Bibliografía:
- “Calendario de Agricultura Biodinámica”. Maria Thun y Matthias K. Thun.
- “Sembrar, plantar y recolectar en armonía con el Cosmos”. Maria Thun.
- “Cultivar en armonía con la Luna y el Cielo”. Xavier Florin.
- “La acción de los planetas en los Cultivos y en el Hombre”. Bernard Lievegoed.
- “La luna y el cosmos: Influencias cósmicas en los cultivos”, de Mariano Bueno,
- Dossier del “Curso de Cannabicultura Ecológica” organizado por la asociación CEAGROCANNABIS.